La inteligencia artificial como bien es sabido, es un tipo de tecnología que se ha ido perfeccionando poco a poco y que con el tiempo ha facilitado muchas cosas. Más que todas actividades cotidianas para las personas, las cuales hacen un enlace fuerte y seguro para resolver problemáticas sin salir de tu confort.

Ahora la estrategia nacional de inteligencia artificial en España ha ido planificándose para poder potenciar su nación a grandes niveles. Es obvio que para lograr un trabajo más fluido, eficiente y sin explotación humana se requerirá el uso de inteligencia artificial, por ejemplo e las maquinarias usadas por grandes empresas.

Además de esto, el estado español potenciara la calidad a nivel académico para aquellos estudiantes de grados superiores. Y de esta manera tener profesionales en el área que a fin de cuenta pueden trabajar para el estado aplicando sus conocimientos teóricos prácticos.

La inteligencia artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevas aportaciones y realicen tareas como seres humanos. La mayoría de los ejemplos de inteligencia artificial sobre los que oye hablar hoy día desde computadoras que juegan ajedrez hasta automóviles de conducción autónoma.

En 1956, John McCarthy acuñó la expresión “inteligencia artificial”, y la definió como «la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cómputo inteligentes. Lo cual es totalmente cierto y sigue siendo vigente hasta la fecha, la inteligencia artificial es realmente fascinante.

También es importante considerar que existen distintos tipos de percepciones y acciones, que pueden ser obtenidas y producidas, respectivamente, por sensores físicos y sensores mecánicos en máquinas, pulsos eléctricos u ópticos en computadoras, tanto como por entradas y salidas de bits de un software y su entorno software.

Varios ejemplos se encuentran en el área de control de sistemas, planificación automática, la capacidad de responder a diagnósticos y a consultas de los consumidores. Además de lograr el  reconocimiento de escritura, reconocimiento del habla y reconocimiento de patrones.

En la actualidad es muy común ver que Los sistemas de  inteligencia artificial  son parte de la rutina en campos como economía, medicina, ingeniería, el transporte, las comunicaciones y la milicia, y se ha usado en gran variedad de aplicaciones de software, juegos de estrategia, como ajedrez de computador.

Implicaciones sociales, éticas y filosóficas de la inteligencia artificial

El acelerado desarrollo tecnológico y científico de la inteligencia artificial que se ha producido en el siglo XXI supone también un importante impacto en otros campos. En la economía mundial durante la segunda revolución industrial se vivió un fenómeno conocido como desempleo tecnológico.

Lo anterior tiene que ver o hace referencia a cuando la automatización industrial de los procesos de producción a gran escala reemplaza la mano de obra humana. Con la inteligencia artificial podría darse un fenómeno parecido, especialmente en los procesos en los que interviene la inteligencia humana.

Otras obras de ciencia ficción también exploran algunas cuestiones éticas y filosóficas con respecto a la inteligencia artificial, como las películas Yo, robot o A.I. Inteligencia Artificial, en los que se tratan temas tales como la autoconsciencia de los robots inteligentes, o si éstos podrían considerarse sujetos de derecho debido a sus características casi humanas.

Críticas hacia la inteligencia artificial

Las principales críticas a la inteligencia artificial tienen que ver con su capacidad de imitar por completo a un ser humano. Sin embargo, hay expertos en el tema que indican que ningún humano individual tiene capacidad para resolver todo tipo de problemas, y autores como Howard Gardner han teorizado sobre la solución.

Muchas personas consideran que el test de Turing ha sido superado, citando conversaciones en que al dialogar con un programa de inteligencia artificial para chat  no saben que hablan con un programa. Pero esta situación no es equivalente a un test de Turing, ya que se requiere  que la persona sepa que es posible que hable con la máquina.

Otros experimentos mentales como la Habitación china, de John Searle, han mostrado cómo una máquina podría simular pensamiento sin realmente poseerlo, pasando el test de Turing sin siquiera entender lo que hace, tan solo reaccionando de una forma concreta a determinados estímulos en el sentido más amplio de la palabra.

Esto demostraría que la máquina en realidad no está pensando, ya que actuar de acuerdo con un programa preestablecido sería suficiente. Si para Turing el hecho de engañar a un ser humano que intenta evitar que le engañen es muestra de una mente inteligente, Searle considera posible lograr dicho efecto mediante reglas definidas a priori. Uno de los mayores problemas en sistemas de inteligencia artificial es la comunicación con el usuario. Este obstáculo es debido a la ambigüedad del lenguaje. Esto se remonta a los inicios de los primeros sistemas operativos informáticos. La capacidad de los humanos para comunicarse entre sí implica el conocimiento del lenguaje que utiliza el interlocutor